Yo Te Diré: Música, identidad y pop
3 . 10 . 2018, 11:15 pm
Por Sofía Fraile Alvarado Cual Millennial crecí viendo videos musicales, consumiendo referencias y estereotipos. Horas pegada al Mtv esperando un video de alguna canción o grupo que mis padres me hayan influenciado y luego, aparece YouTube. Desde ese entonces tenía al alcance de mi mano música de distintos tipos ya materializadas y expuestas en imagen. […]
Por Sofia
Por Sofía Fraile Alvarado
Cual Millennial crecí viendo videos musicales, consumiendo referencias y estereotipos. Horas pegada al Mtv esperando un video de alguna canción o grupo que mis padres me hayan influenciado y luego, aparece YouTube. Desde ese entonces tenía al alcance de mi mano música de distintos tipos ya materializadas y expuestas en imagen. Hasta el día de hoy, encuentro que los videos son mi parte favorita, entonces me cuestiono ¿Qué es lo que en realidad estoy digiriendo?
El material audiovisual en la música protagonizado por mujeres han influenciado quiera o no, a una parte de mí. Bajo mi gran conocimiento musical adolescente intentaré un análisis sociológico / audiovisual de algunos de los videos más icónicos en mi vida, saliéndome de lo académico y sumergiéndome en el siglo veintiuno, el pop y sus videos. Recorreré mis influencias musicales de manera muy breve y superficial en el panorama estético-musical representado por mujeres de la industria de distintas partes del mundo y como, estas emblemáticas mujeres, lograron tomar parte de un pedacito de mi identidad.
Retrocedo trece años (2005) y viajo a Latino América, más específicamente, Colombia con Shakira. En la tele del living veo a una mujer vestida de colegiala cantando “Las mujeres somos las de la intuición” (¿lo somos?). Las imágenes de la canción se basan en ella bailando junto a un grupo de niñas vestidas igual, yo era chica igual, no entendía mucho el contenido de la canción, solo me gustaba el coro y me dedicaba a bailarlo.
Me pongo punk rock y me traslado un poquito más al norte: escucho a una muy poco sorora Hayley Williams (que este 7 de Septiembre en el último concierto de su gira “After Laughter Tour” decidió no tocarla más en vivo por esa misma razón) con ‘Misery Business’ (2007). El panorama era el siguiente: Hayley canta sobre conseguir lo que quiere, en este caso, un chiquillo, para esto nos pone como espectadores de una rivalidad entre mujeres: ella versus la bully de un colegio gringo. Planos de ella cantando con su banda (en ese entonces cinco) y luego escenas de esta chiquilla que es mala porque sí; dos imágenes de niñas rudas. Al final del video vemos a Williams (apoyada por el resto de la banda) enfrentar a esta chiquilla mala, dándole por entendido su superficialidad. En ese entonces, lo primero que me fijé fue en el cual sería un emblemático riff de guitarra, además, de pensar en lo bacán que sería cantar en una banda así y peinarme como ella. Los años pasaron y analicé la trama: para nada buena, pero pucha que disfrutaba la canción.
Dos años más tarde, escucho a una Lady Gaga con un ‘Bad Romance’ (2009), rupturista estéticamente hablando, por lo tanto, llamativo. Ahí está Joanne esquelética intentando ser vendida a muchos hombres; entre tonos blancos, negros y rojos nos sugiere una entrada a la próxima década del siglo. Gaga ofrece cambios, ofrece nuevas ideas. Recuerdo que lo primero que me llamo la atención era la coreografía y estética; posteriormente haberla cuestionado por su excentricismo bajo la presión social. De esta forma ocultaba mi gran admiración a esta icónica del pop, pasaron los años y salí del closet Gaga. Hoy en día es un gran ejemplo de que no tenga vergüenza de ser quien soy y de expresarme como quiera.
Luego de años, veo a una Sky Ferreira monocromática (muy Madonna en my opinión) cantándole a la cámara, mirada fija, maquillaje que contrasta, de fondo, un synth pop ochentero pegajoso; de esto se trata básicamente el video musical ‘Everything is Embarrassing’ (2012). El plano principal es su rostro y su mirada, similar a un comercial de Forever 21, me transmite una Sky que intenta cantar sus sentimientos en un hipnotizante contacto visual con la cámara entre planos urbanos y juegos de la plaza. La influencia musical y audiovisual de esta chiquilla es lo que llama mi atención y quizás, saco de ella, más de alguna referencia estética en mi diario vivir.
Me sitúo en Chile; la misma lógica quizás más noventera, aparece Javiera Mena en plena época Mena (2010). Ella baila y mira la cámara, de fondo imágenes rápidas con mensajes subliminales en ‘Luz de Piedra de Luna’ (2012). Quizás fue uno de mis primeros referentes musicales femeninos chilenos luego de Francisca Valenzuela, lo cual lo encuentro muy importante, fue la primera vez que pude cuestionarme lo diminuto que es la cabida de la artista chilena en los medios.
Ya pero vayámonos un poco más dentro con ‘Mai Lov’ (2016) con una influencia full ochentas quizás opening de Anime y una Mari preparándose para ejercitar. Solo ella es la protagonista y nos invita a bailar al ritmo del sintetizador y el neón. Aún intento aprender la coreografía y al igual que Javiera Mena, fue un referente femenino importante dentro de la industria chilena, al menos en mi realidad.
Crezco dos años más con Clairo en ‘Flaming Hot Cheetos’ (2018) nos transporta a la cuna lo-fi actual de lucesdeneón-colorespastel. Con su voz angelical y un paquete de Cheetos en el fondo que baila, transmite naturalidad, tranquilidad y hasta inocencia. Ella se mueve con flamingjotchitos y la pasa bien con sus amigues, nada le preocupa, como ella misma canta “I’m feeling something right”. Ahí está Clairo con su squad lo-fi ¿Qué puede salir mal?
Estos videos y unos pocos más, lograron encender una llamita en mi corazón y seguramente en el de muchas personas más. Tomamos estas influencias musicales y las manifestamos en nuestra ropa, amistades y estilos de vida. No es solo música e imagen la que digerimos, sino que rescatamos de estos videos representaciones sociales y búsqueda de identidad. Eso sí, hay que ser cuidadosx con lo que consumimos, ¡no tomemos todo lo que internet nos brinda!; los estereotipos que nos ofrece la industria no son para nada realistas mucho menos cuando la imagen y estética de una mujer es la que “se vende” (cuando por supuesto, podemos observar toneladas de machismo y sexismo disfrazados de buena música) . Lo importante acá es poder rescatar lo mejor y transformarlo a tu estilo.