Niña Tormenta lanzó su disco y ya estamos listos para el invierno
11 . 05 . 2018, 12:36 pm
Casi como una contradicción entre lo cálido y el frío, entre el vapor que emana una taza de té recién servida y el que sale de nuestros cuerpos al respirar con 5 grados de temperatura y la nariz rosada. Así se siente Loza, el primer LP lanzado por Tiare Galaz, más conocida como Niña Tormenta. […]
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Casi como una contradicción entre lo cálido y el frío, entre el vapor que emana una taza de té recién servida y el que sale de nuestros cuerpos al respirar con 5 grados de temperatura y la nariz rosada. Así se siente Loza, el primer LP lanzado por Tiare Galaz, más conocida como Niña Tormenta.
El disco consta de nueve canciones que se recopilan a los largo de la carrera de Niña Tormenta bajo el sello Uva Robot y que parecieran nacer de entre la tierra húmeda, junto a su olor luego de un largo e intenso día de lluvia. La primera vez que lo escuché en orden fue un jueves, al final de la jornada, camino a mi casa arriba de la micro. Es bonito cuando las canciones te transportan a otro ambiente totalmente contrapuesto al que estás viviendo al momento de escucharlas. Cerré los ojos y me vi inmersa en el campo, en invierno, en medio de hojas húmedas, de un paisaje más bien oscuro, pero al mismo tiempo que me acogía y que me envolvía en una manta azul impregnada de ese aroma a viento y humo, a frío y calor, otra vez.
En mi mente todo se conecta y por un momento deseo fuertemente poder estar en medio de ese escenario oyendo una a una todas estas canciones que se unen como en un hilo, que se unen por la lluvia, por lo cotidiano y por escenas que siento que hemos podido vivir más de alguna vez en la vida, durante las vacaciones en el sur o simplemente en nuestros hogares un fin de semana en pleno julio.
Luego de escucharlo un par de veces, Loza me deja al menos tres canciones que se convierten en mis favoritas del disco: ´Clase M´, ´Lozapenco´ y ´A la mar fui por naranjas´.
La primera, que también es la que abre el disco, lleva a paisajes lúgubres y me doy cuenta de inmediato que nos encontramos con canciones y un estilo muy fiel al de tradicionales cantautoras chilenas. Personalmente no había estado muy familiarizada al proyecto musical de Tiare Galaz, me había tocado verla en vivo un par de veces, pero oír sus canciones en versión estudio es como adentrarse en lo más íntimo de su intención y trabajo, sin mayores arreglos, que dan cuenta a primer oído de una formación bastante folclórica y que entrega ritmos y sonidos que te llevan inevitablemente a una sensación totalmente nostálgica.
´Lozapenco´ y ´A la mar fui por naranjas´ hablan de momentos cotidianos y en ellas se entremezclan mensajes más bien románticos con imágenes que perfectamente pueden ser imaginadas e incluso ilustradas. Las escucho y dibujo en mi cabeza las escenas que perfectamente se describen en cada canción.
Sin duda, Niña Tormenta y su debut son como un tesoro que se abre en ciertos momentos de tranquilidad, de detención y de disfrutar el presente con pequeñas situaciones o detalles. Es perfecto para escuchar un día oscuro con la lluvia de fondo. Al lado de una estufa o chimenea. Antes o después de leer un libro, en la plena tranquilidad de aquello que no siempre valoramos pero que está ahí lleno de simpleza y belleza como esos dibujos de la tradicional lozapenco.
