Qué suerte estar aquí / Qué suerte que existe Picnic
9 . 12 . 2017, 12:07 am
Qué suerte estar aquí. Qué suerte estar entre ustedes, expectante y talentosos jóvenes listos y dispuestos a armarse espacios a punta de perseverancia para poder construir este hijo bonito llamado Picnic. Qué suerte que nos hayan permitido ser parte de esto: nosotros fanáticos, músicos, aspirantes a, frecuentadores de tocatas, adictos a Youtube. Todos juntos, reunidos, […]
Por Picnic
Qué suerte estar aquí. Qué suerte estar entre ustedes, expectante y talentosos jóvenes listos y dispuestos a armarse espacios a punta de perseverancia para poder construir este hijo bonito llamado Picnic.
Qué suerte que nos hayan permitido ser parte de esto: nosotros fanáticos, músicos, aspirantes a, frecuentadores de tocatas, adictos a Youtube. Todos juntos, reunidos, celebrando un nuevo paso de este proyecto que ha mutado y se ha insertado en el corazón de sus creadores y de hartos más que andan por ahí sedientos de información divertida y recreativa sobre las bandas nacionales que decoran nuestros días con sus acordes y letras.
Qué suerte que crearon Picnic y qué suerte que nos dejan abrazarlos para ser parte de él. Sé que con esfuerzo, rabietas, pleitos y litros y litros de cerveza lograron posicionar este ex trabajo universitario, luego tesis y actual motivación laboral, pero también sé que la dedicación y amor que pusieron en ese latero ramo de televisión los llevó a crear un aporte a la comunidad.
Los hombres de voz bonita que embarazaron a las espectadoras, las mujeres valientes que se tomaron el tiempo para hablar sobre sus desafíos, los músicos que alegan tras grabaciones porque se arrepienten de hablar de más, las bandas que requieren una y otra toma para lograr sus covers, los personajes que lograron retratar y que ya no queremos más entre nosotros. Pequeñas piedras de construcción en un puente fuerte y resistente entre los artistas nacionales independientes y nosotros, espectadores.
Es bueno ver a tus amigos en una pequeña pantallita de teléfono hablando sobre sus metas y sueños, es bueno volver a humanizar a esos chicos normales que de pronto llenan salas. Es bueno porque nos mantiene fieles a lo que Picnic quiere presentar: somos una comunidad, donde nadie es más, donde todos aportamos, donde todos podemos participar. Tal como tímidamente se hizo la primera invitación a Amarga Marga, y como ustedes se las idearon para levantar una imagen profesional en tiempos de proyectos al lote, es como llego a ustedes para darles las gracias una y otra vez por atreverse a darle periodismo y diálogo a todas esas mentes que vemos sobre escenarios, sacando discos, viajando fuera del país.
Gracias por inventarse este hijo lindo que les ha dado rabias y alegrías. Gracias por la perseverancia, ya lo decía. Y gracias, muchas gracias, por siempre tener una ventana abierta para que nosotros miremos y gritemos nuestra opinión si es que consideramos que será un aporte.
Picnic es un aporte, y está claro que todos podemos meter la cuchara si lo deseamos. Supongo que de eso se trata esta carta, esta reunión, esta página. Una entrada más a ese puente que ya luce largo y caminado, pero que recién se atreve a desplegarse como el vínculo entre dos islas que nunca debieron separarse. Músicos y oyentes, fanáticos de otros que son fanáticos de otros. Al final del día, amigos apoyando el trabajo del del lado, construyendo un lugar mejor donde esperar la vida entre preguntas chistosas y copitas de algún sour.
Estamos aquí para celebrar a Picnic, cual misa de bautizo. Estoy aquí para, patúdamente, abrir esta ventana y decirte que este proyecto es parte de ti también, te pertenece porque aportas, porque miras, porque compartes y comentas, porque disfrutas y porque dices “yo no lo hubiese hecho así”.
Ahora es la oportunidad. Ahora Picnic te recibe tangiblemente con los brazos extendidos para que no dejemos de construir. Que tus aportes, ideas, preguntas, textos, audios, playlist lleguen, que los queremos ver. Queremos seguir construyendo entre todos, queremos seguir alimentando a este hijo mediano que llega como un respiro comunitario para gente normal, por gente normal. Gente como yo, gente como tú. Qué suerte que existe Picnic, qué suerte que esté aquí para quedarse.