Lana Del Rey – “Norman Fucking Rockwell”: Oscuridad y nostalgia
9 . 09 . 2019, 5:36 pm
Lana del Rey arremete nuevamente con un disco de calidad indudable, la oscuridad vuelve a ser su arma más poderosa
Por Picnic
Por Yerko Flores Lara
Lana del Rey arremete nuevamente con un disco de calidad indudable, la oscuridad vuelve a ser su arma más poderosa, además de su excelente voz que complementa de manera única cada pista de este su sexto álbum de estudio. Producido, casi en su totalidad, por la propia cantante y Jack Antonoff, el mismo que hace poco acompaño a Taylor Swift en Lover, un disco que esta en la vereda luminosa de la industria musical, dos caras de un mismo productor.
Este trabajo discográfico podría ser el acompañamiento ideal mientras se ve el libro fotográfico “The Americans” de Jack Kerouac y Robert Frank. Siempre fiel a su estilo nostálgico y fuera de la norma actual de la industria, Del Rey logra envolver al oyente en una historia de amores vertiginosos, sensualidad y excesos, con ese toque cinematográfico que en este caso funciona de sobremanera junto a ese rock psicodélico acompañado de pianos sensuales. En pocas palabras podríamos estar frente al mejor disco de la carrera de la cantante estadounidense.
“Norman Fucking Rockwell”, es la balada con la que empieza esta travesía, una canción “romántica” del siglo 21, sin dejar de lado lo sugerente. Versos como “You fucked me so good that I almost said: I love you”, hacen recordar a letras de anteriores discos como Honeymoon y Ultraviolence.
“Mariners Apartment Complex”, es una balada de desamor en su punto más alto, que te lleva a un mundo onírico, acompañado de la voz sedosa de Del Rey. “The Bartender”, “How To Disappear”, “Love Song”, son otras baladas con un toque erótico que hace recordar a un Hollywood antiguo marcado por el glamour y los excesos.
“Venice Bitch” es sin lugar a duda una de las mejores canciones del disco, también es la de mayor duración con casi 10 minutos cargados de una melodía hipnótica, que experimenta con sonidos de guitarras y sintetizadores, además de una letra directa
La vertiginosidad se toma “Fuck It I Love You”, con guitarras eléctricas que protagonizan un viaje por sonidos de antaño, con una letra inspirada en la canción “Dream a Little Dream of Me” de Ozzie Nelson and His Orchestra. Por otro lado “The Greatest”, que fue lanzada como single junto con la canción antes mencionada, es una de las pistas con más calidad en su lírica, “I miss the bar where the Beach Boys would go/ Dennis’s last stop before Kokomo”, canta la estadounidense que hace recordar a sus referentes con nostalgia.
“Doin ‘Time” de Sublime también aparece en este trabajo de Lana dado que, la cantante realizó un cover de esta canción de trip hop. Con un gran respeto por la pista original, Del Rey logra capturar la esencia y también dar un toque único con su voz a un clásico, la canción logra ser intimista y etérea, mezclándose muy bien con el ritmo relajado de la canción.
La intimidad durante todo el disco es un factor predominante y el cierre con “Hope is a dangerous thing for a woman like me to have – but i have it” lo sigue demostrando. La canción es una oda a toda su carrera, se muestra desnuda y sin tapujos para hablar de todo lo que significa ser una estrella, acompañada por un coro que sobrecoge.
Los años 60 y 70 vuelven a la carga de la mano de la destacada artista norteamericana. Las guitarras suaves y más experimentales, una voz prolija que usa técnicas como el falsete y la voz susurrada para dar ese sentimiento de intimidad durante cada una de las canciones y el uso de instrumentos de cuerdas frotadas para demostrarnos inmensidad, logrando así trasladar a quien escuche el álbum a un cuento sobre el antiguo Hollywood.
Lana del Rey vuelve a demostrar la calidad musical que puede llegar a lograr, como por ejemplo en Ultraviolence, hasta el momento su disco más aclamado, pero Norman Fucking Rockwell llegó para ser una competencia directa, hasta la fecha este álbum podría estar sin ningún problema dentro de las listas de los mejores discos del año, porque no le faltan los méritos para ello, grandes letras, prolija producción y voz en su punto.