Inicio > Opinión > Yaney en Sala Master: las emociones a flor de piel

Yaney en Sala Master: las emociones a flor de piel

4 . 12 . 2018, 7:52 pm

“Muchas gracias por asistir a este show tan especial”, fueron algunas de las palabras de Yaney Salgado el pasado viernes 30. La cantante daba uno de los pasos más importantes dentro de su corta pero fructífera carrera, ya que luego de haber pasado por cuanta banda buena haya existido, se la jugó por hacer música en solitario. 1992, la placa que lanzó esa noche, es un disco plagado de calidez y melancolía, mismos sentimientos que se pudieron palpar en la Sala Master.

Vivir un cuarto de siglo, esa fue la principal vivencia que Yaney quiso plasmar cuando empezó a trabajar en su primer disco en solitario, el amor, su niñez y los sentimientos propios de la capital son solo algunas de las temáticas que 1992 logra evocar con algunos acordes. Existía expectación por lo que el lanzamiento en vivo podía lograr, tantas personas sintiendo tantas cosas al mismo tiempo puede resultar peligroso. Finalmente las canciones del disco estaban para llorar, para salir adelante, para emocionarse y eso fue lo que pasó, las emociones a full. Bastó con los acordes dulces de ‘Arpegi’ y ‘Rei’ para que una sala repleta suspirara, sabían que estaban en casa, sabían Yaney les daría un descanso de su rutina, venían a emocionarse y lo lograron.

Y así fueron pasando una a una las canciones, todo musicalizado por Yaney y su banda de apoyo que ponían todo de sí para que cada nota sonará perfecta. Luego de interpretar una larga lista de temas del disco, y hasta un cover de Marina Fages, el encargado de abrir el show, Monoazul, subió nuevamente al escenario, donde interpretó junto a la cantante dos temas de E.C.S.D.L.Q.H.P, la banda anterior de Yaney. ‘Quiero estar a la mierda mirando el cielo/suelo’ y ‘Nota.024’ se alzaron como un viaje al pasado, el “Vámonoooos” de la canción se sintió igual que en el 2016, sin duda uno de los momentazos de la noche.

Ya cerrando la velada la interprete tocó una de las favoritas del público y primer single del disco, “Última Canción”, haciendo que hasta los más cautos y callados se unieran en un coro que repletó el salón. La canción elegida para cerrar no podía ser otra que ‘Gegen y el Jabao’, cover de una de las bandas que inspiró a la cantante a hacer música, Taller Dejao.

Después de darlo todo en el escenario, una emocionada Yaney se despide y da las gracias, al bajarse del escenario sabe que cumplió las exceptivas de todos, y vaya que lo hizo. De cierta forma se sintió como si todo lo que cantó y gritó la interprete lo viviéramos nosotros, su voz como un lápiz dibujó en el aire todas esas cosas que solo la música puede sanar. Luego de casi dos horas de show, Yaney nos regaló una noche de emociones que difícilmente podremos olvidar pero con la que nos detendremos a pensar harto tiempo.