Lanzamiento Amanda: lo familiar de E.C.S.D.L.Q.H.P
7 . 08 . 2018, 11:39 pm
El pasado viernes 3 de agosto, E.C.S.D.L.Q.H.P estrenó en vivo su más reciente disco de estudio, Amanda, en un concierto que estuvo plagado de sentimiento y emoción. Como ya nos tienen acostumbrados fue una tocata donde los saltos y la euforia fueron los protagonistas, porque, si fuiste a ver al Cómodo y no gritaste, ¿a qué fuiste? […]
Por Francisco Trejo
El pasado viernes 3 de agosto, E.C.S.D.L.Q.H.P estrenó en vivo su más reciente disco de estudio, Amanda, en un concierto que estuvo plagado de sentimiento y emoción. Como ya nos tienen acostumbrados fue una tocata donde los saltos y la euforia fueron los protagonistas, porque, si fuiste a ver al Cómodo y no gritaste, ¿a qué fuiste?
Corría el año 2017, estaba haciendo mis primeros amigos en la universidad y obvio que uno siempre tiene el auto reflejo de juntarse con gente que se parece a ti. Así fue como de un día para otro me encontraba conversando acerca de las bandas chilenas que me gustaban, me preguntaron “¿Oye y te gusta El Cómodo?”
Quería decir que sí para quedar como gran conocedor de música, pero no, a pesar de que el Run Run tenía un año de vida, nunca lo había escuchado. Acto seguido apenas llegué a mi casa me metí a Youtube y lo escuché. Lo primero que pensé fue, “¿por qué no había escuchado esta huea antes?” Un año más tarde la banda estrenaba Amanda, su segundo disco, obvio que fui al lanzamiento.
El opening del concierto estuvo a cargo de Yaney, una vieja conocida de la banda que tocó canciones de su primer EP titulado Última canción, y entre otras cosas sirvió para ver el sonido que tendrá su nuevo trabajo solista y, por lo que mostró promete ser un discazo. El público no estaba tan motivado como hubiésemos querido, pero me gusta pensar que no conocían las canciones y por eso no bailaban. Hace tiempo que no veía a la Yaney tocando guitarra y fue muy bacán porque se lució.
Terminada la presentación se abrió un pequeño espacio en la primera fila junto a la improvisada reja del recinto capitalino, reja que me cobijó y protegió del mosh que ocurría a mis espaldas. De un momento para otro salió la banda a instalar los instrumentos, por ahí se paseaban todos, los integrantes, productores. Hice el mayor esfuerzo por no ver el setlist que estaba ya colocado en el suelo y por supuesto, fracasé.
Se apagan las luces, en primera fila va Vado, Bárbara y Mati, sí el Mati, el baterista. Por primera vez interpretaron ‘Último Lugar’, canción que el mismo Matías compuso e interpretó. Fue un momento súper especial, se notó que le pusieron harto empeño en que esa situación en particular se guardará como uno de los mejores de la noche.
Sin mayores sorpresas anunciaron que tocarían el álbum completo, pero al revés tal como lo hicieron hace años en el lanzamiento del Run Run. “Mejor, así no tenemos que esperar tanto para ‘Tarot'”, me dijo un amigo, y cuanta sabiduría hay en esas palabras. Una a una fueron desfilando las canciones que, paulatinamente, recibieron colaboraciones de otros artistas de la escena. Joaquín de los Paracaidistas cantó en ‘Enetra’, Plin de Animales Extintos puso parte de los redobles en ‘Caroline,’ y Caballero, de Rena y el Caballero, tocó guitarra en varios tracks del nuevo disco.
No contentos con haber tocado el Amanda en su totalidad la banda hizo otro anuncio, “vamos a tocar el Run Run completo”, desatando la locura de todo el lugar. Siempre resulta entretenido escuchar los “clásicos” en vivo; el “PERDERNOOOS” de ‘Jardines’ como que te da un poco vida, quién no ha vacilado con el bajo de ‘Quiero estar a la mierda mirando el cielo/suelo’. ¿Mi favorita? ‘El viento en la cortina’, baile asegurado.
Mención aparte merece la puesta escena que contó su propia historia. Una pared blanca con un cuadrado al medio jugaba a ser una ventana, que a lo largo del show mostró distintos escenarios en la pieza imaginaria que armó la banda. Mientras transcurría el show distintos músicos se las daban de actores y en un colchón inflable pasaban sus penas, se acostaban o hacían ejercicio.
María José Tapia estuvo a cargo de las visuales y logró algo muy bonito, convertir las imágenes que te imaginas al cantar en algo concreto. Si ‘Nota024’ tenía unos árboles muy melancólicos, ‘Último Lugar’ tenía el mar o ‘Enetra’ que tenía unos lindos cielos estrellados. No fueron pocas las veces que tuve que detener mis saltos para mirar con mayor atención las bellas imágenes. Mención especial al gatito en ‘Zapatillas’.
¿No te ha pasado eso de que frecuentas mucho un lugar y de repente como que ya conoces a todos?, bueno eso me ha pasado a mí en las tocatas. De repente te pones a mirar y piensas “a él lo vi cuando tocó x banda” o “ella fue la que se robó el setlist el otro día”. Cosas así que hacen que de cierta forma te sientas parte de una gran comunidad de fans.
El Cómodo sin querer ha hecho que haga algunos de los amigos que hasta el día de hoy más valoro, sus canciones me han acompañado en momentos en que necesito una melodía tranquila para pensar bien las cosas y en otros momentos donde lo único que quiero es desestresarme y perder la vergüenza bailando y saltando. Es increíble todas las cosas secundarias que puede hacer la música y es más bacán aun cuando puedes ver a los protagonistas de tu playlist diario de emociones en vivo tocando, y tocando pasándola bien entre ellos. Tirando la talla, improvisando y viendo que también se conectan contigo de cierta forma.
Bárbara, Franco, Vado y Mati, junto con todos sus invitados, se mandaron un buen show que hizo que me pusiera a pesar no solo en los acordes, o en las canciones que me gustan, provocaron que hiciera memoria de todas las cosas que me han pasado, en lo bueno y lo malo, lo que está por venir. Desempolvaron recuerdos que canciones que sin ser antiguas han marcado parte de mi juventud, acaso, ¿no está para eso la música?
Videos por Álvaro Donoso