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Martina Lluvias en M100: por favor, no me despierten

20 . 06 . 2018, 5:00 pm

Saltos, gritos, sudor y euforia son palabras que se podrían usar perfectamente para describir una tocata. Una diferencia total fue lo que se vivió el domingo 18 en Matucana 100, donde Martina Lluvias puso a todos a dormir. No lo digo de forma despectiva, claramente, sino que nos encontrábamos frente un Sleeping Concert, formato poco […]

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Saltos, gritos, sudor y euforia son palabras que se podrían usar perfectamente para describir una tocata. Una diferencia total fue lo que se vivió el domingo 18 en Matucana 100, donde Martina Lluvias puso a todos a dormir. No lo digo de forma despectiva, claramente, sino que nos encontrábamos frente un Sleeping Concert, formato poco usado en Chile.

Un sleeping concert, como su nombre lo indica, es un recital donde los asistentes buscan relajarse y entrar en un trance de sueños acompañados por música en vivo. El concepto viene de Estados Unidos en los años 80, en espectáculos que podían alargarse por horas. Obvio que tarde o temprano iba a llegar a Chilito.

La explanada del Centro Cultural Matucana 100 fue testigo de este acontecimiento,donde una improvisada carpa climatiza recibía a los asistentes con mats de yoga, mantas y almohadas. La producción hizo el llamado a llevar mantas y cojines adicionales, lo cual ayudaba a sentirse aún más cómodos. Era raro, pero entretenido, mirar y encontrarse con gente acostada tapada hasta el cuello, esperando ansiosa para disfrutar la experiencia. La rutina lo tiene a uno acostumbrado a la bulla, a los altos decibeles mientras que aquí solo predominaba la serenidad.

Los encargados de inaugurar el tuto fue la banda Centella, que con sus tonalidades guitarreras con toques de soul no dejaron a nadie indiferente. A pesar de lo que se podría pensar, la potencia del conjunto calzaba perfectamente con la propuesta de la noche. Al rato saltaría a escena la estrella de la pijamada, Martina Lluvias. Este EP lo lanzamos, pero nunca lo tocamos en vivo”, decía emocionada la cantautora que esa noche presentaba y despedía su más reciente trabajo discográfico, Miedo a la oscuridad, su segundo EP.

La música de Lluvias se puede describir de muchas maneras. Es armoniosa, es bella, pero por sobre todo es relajante. Con cada acorde que se ejecutó se podía sentir un ambiente de una calma impresionante. Todos acostados miraban hipnotizados cada movimiento de la artista que con solo una guitarra de palo se adueñó del escenario. “No apagues la luz, que aún no cierro los ojos”, canta la primera canción del más reciente disco de la cantante, que sin querer queriendo, calza a la perfección con la velada. No hay duda de que no había nadie más indicada para este tipo de concierto que Martina.

El amor, el desamor, la amistad, temas muy emocionales fueron la tónica de la cita, donde entre uno que otro ronquido cayeron también unas cuantas lágrimas. Se trató de una noche de ensueño, en la cual por un par de horas era casi imposible no olvidarse de todos los problemas y dar rienda suelta a la imaginación, a perderte en las visuales e irte a viajar a mundos fantásticos. Martina Lluvias hizo suya la carpa, se sintió como en casa y de cierta forma hizo el escenario su cama, donde acostada y cantando melosamente nos puso a todos a viajar. ¡Por favor, no me despierten!

Fotografías por Valentina Palavecino

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