Pa qué highlighter, si tú brillas sola: Los hombres no somos los protagonistas
4 . 06 . 2018, 3:21 pm
El viernes 25 salió el último disco de J Balvin, Vibras, y una de las canciones que más llamó la atención fue ‘Brillo’, con la española Rosalía, por algunos versos donde el colombiano canta “pa qué highlighter, si tú brillas sola” o “le pido a Dios que te cuide, pero tú te cuidas sola” y sí, […]
El viernes 25 salió el último disco de J Balvin, Vibras, y una de las canciones que más llamó la atención fue ‘Brillo’, con la española Rosalía, por algunos versos donde el colombiano canta “pa qué highlighter, si tú brillas sola” o “le pido a Dios que te cuide, pero tú te cuidas sola” y sí, es bacán. Un 43% (si la regla de tres no me falla) de los artistas (dúos y solistas) que colaboraron con Balvin en el disco son mujeres. Es bacán que en sus letras se hable de libertad y de la decisión que ellas y sólo ellas pueden tomar. Pero no podemos darle más color del que merece, ni a él ni a ningún otro. ¿O ya nos olvidamos de noviembre del año pasado?
Nos enteramos (o quienes no estaban al tanto de los secretos a voces) de conductas ejercidas por protagonistas de la escena independiente chilena (y no sólo de la música), donde hombres acosaron, abusaron y violentaron mujeres en carretes, tocatas, sets, en fin, en su intimidad, mientras que para el público eran casi íconos de los feministos, de los aliados y toda esa hueá. SÓLO CANTABAN CON SOSTENES, PANTIES Y LOS LABIOS PINTADOS.
Después de eso, y de varias cosas más, mucha fanaticada estaba triste, decepcionada y enojada. Está bien. Creíamos que era un buen momento musical y político para Chile, pero no era así. Sólo era un séquito de giles que creían tener más poder que otros y otras, que tenían los suficientes amigos como para encubrirlos y ayudarlos, pero no contaban con que las muchachas dejarían de tener miedo.
“Esa sensación de que las cosas podían haber sido mejores y se chingaron es consustancial a la música chilena. En general”. – Marisol García en Es Difícil Hacer Cosas Fáciles.
No podemos dejar que esta Ola -no hablo de la segunda o la tercera- nos moje los pies y ya. Esta marejada, les guste o no, tiene que ser tsunami. Y ellas son las que guían el agua, no un Moisés cualquiera que por tener un palo en la mano -derecha o izquierda- pueda quedarse con el crédito de esta transformación.
Hombres y más hombres. Siempre somos los protagonistas, incluso cuando no hacemos nada o, peor, nos robamos el protagonismo que no nos corresponde. La contingencia no se obvia, hay decenas de establecimientos educacionales movilizados en pos de lograr un cambio en Chile, pero sus líderes no son -y nunca lo serán- varones.
La Ley de Aborto en 3 Causales, los cambios en mallas curriculares, la inclusión de cuotas en el Congreso, entre otras cosas, son avances que, al final, ellas han logrado.
“El apoyo y la incumbencia que los hombres pudieran tener en estos movimientos, no puede ni debe medirse en tanto asistan o no a una asamblea o toma, sino en cómo se vuelven aliados en un proceso liderado por quienes somos el sujeto histórico de esta lucha”. – Francisca Millán y Daniela Carvacho en El Desconcierto.
El otro día salían unos en la Revista Caras bajo el título “En los zapatos de ellas” sólo porque estaban con tacos, decían que van a “tener más cuidado” con el lenguaje que utilizan y que van a “luchar por un país donde la igualdad se imponga” y listo, con eso los tenían en portada. CINCO HOMBRES CON TACOS EN LA PORTADA DE UNA REVISTA. Esas personas no son las caras que están impulsando el cambio
La periodista Karen Vergara escribió en El Dínamo que no encontrarán “aliados reales entre los opresores” y que no van a “festejar hasta que las demandas se materialicen en actos concretos, en acciones reales. No vamos a celebrar por la portada de un diario, que un día nos destaca y al otro día nos criminaliza o se burla. Menos por falsos compromisos sin sustento”. Karen, como muchas de mis amigas y compañeras, está harta de que los medios -y la gente en sus círculos cercanos- sigan vanagloriando a varones que no han cambiado sus modos de vida y de trabajo.
¿Qué hacemos entonces? Como muchas mujeres se han visto en la necesidad de explicarlo (porque nosotros no entendemos), tenemos que educarnos nosotros mismos,, no es la responsabilidad de nuestras amigas y parejas, tenemos que corregir a nuestros hermanos, compañeros y amigos, tenemos que escuchar y visibilizar a las mujeres y niñas que están luchando, ya sea porque no hayan más abusadores dando clases en las aulas o porque están hartas de que sólo lleven a fotógrafos varones a cubrir eventos como el Fauna o Lollapalooza. Ya po, cambiemos. Ah, y no olviden que no merecemos un premio por ser decentes.
