Natisú y su fuego interno: “prendí todo, tengo una fogata en el pecho”
7 . 07 . 2021, 7:17 pm
Conectamos Nueva York y Santiago para conversar con Natisú sobre el regreso a los escenarios, la nueva vida, las emociones del lanzamiento de su próximo disco y su reconocimiento como mejor productora musical en los premios Pulsar.
Por Javi Castro
Pese a la distancia kilométrica entre nuestras ciudades, tenemos el mismo horario. Al parecer el único punto en común entre Nueva York y Chile, ambos con poblaciones parecidas pero vidas pandémicas casi antagónicas, mientras que en una las posibilidades de contagiarse no dejan de ser altas, en la otra parece que el Covid-19 abandonó la escena.
Permitiendo la música en vivo, Natisú se presentó el pasado miércoles en el centro comunitario Mayday Space, volviendo a reencontrarse con un público después de casi un año.
“Ha sido bien extraño la verdad, fue muy lindo, habían casi puros chilenes y fue muy intenso, no toqué tanto rato, fueron como cinco canciones pero claro hace más de un año que no tocaba delante de personas, la verdad me costó darme cuenta de que habían personas y que no estaba frente al celular. Me sentí un poco tiesa, porque perdí un poco de eso del cómo están, yo soy buena para echar la talla cuando toco en vivo, estaba un poco introspectiva”, dice.
Una introspección justificada, a la fecha en el país no hay protocolos para volver a los escenarios, pero sí para lo que son los centros comerciales. “A mí solo me da un poco de pena no poder tocar en Chile en este momento sabiendo que llevamos varios meses con los malls abiertos y con Fantasilanda abierto y sabiendo que en otros países existen protocolos para tocar en vivo. Se podría hacer que sea solo para gente vacunada y aforo muy limitado, por ejemplo. Vine un poco por eso, necesitaba hacer lo mío con más libertad” agrega.
Junto a estas sensaciones de los regresos presenciales y su viaje a Nueva York, Natisú presentó su nuevo single “Amores”, segundo adelanto de su nuevo larga duración “Hay un Fuego”. Dice que está nerviosa. “No he sacado nada hace rato, estoy como nerviosa. Yo no quería que pasara tanto tiempo entre disco y disco, pero como mis recursos son bastantes limitados tengo que hacer muchas cosas a la vez para poder sostener mi vida, mi carrera musical y esa es la única razón por la que me he demorado tanto”.
Un nerviosismo que convive con la emoción del lanzar nuevo material, “también estoy muy emocionada porque el disco está hermoso, lo he estado escuchando, a veces lo pongo y digo: “ah brigido”, hasta el momento es mi disco favorito mío (rie)”
Sobre fechas dice esperar lanzarlo en su cumpleaños y antes de eso adelantar con dos canciones más, que si bien sabe lo que eso requiere dice estar energizada: “me siento con harta energía, a pesar de que la pandemia obviamente me ha hecho pasar por malos momentos a ratos y he estado muy deprimida en algunos momentos, ahora estoy con energía, bueno este viaje me ha estado vigorizando y rejuveneciendo también, espero eso dure hasta que saque el disco”.
Una energía que se encuentra en la llama interna de Natisú, de la cual habla en “Hay un fuego”, la canción homónima y primer sencillo del disco, nombre al que le encuentra cada vez más sentido. “El disco se trata de yo intentando recuperar ese fueguito que sentía que tenía en la adolescencia cuando sentía que todo era posible y que, claro, esta sociedad capitalista tan aplastante te va desilusionando; estoy como sintiendo de nuevo esa ilusión adolescente que es muy linda, que no tiene que ver con la inmadurez. Es distinto retomarla teniendo 37 años”.
Con las energías altas con los eventos que la han acompañado, dice que esta llama está on fire. Un incendio que comenzó en octubre del 2019 con el estallido social, el cual le encontró de sorpresa mientras estaba regularizando su visa. “Se supone que yo me iba a vivir acá y volví a terminar el tramite de la visa, dije ‘ya estaré un mes’, no pensaba quedarme tanto tiempo y justo empezó la revuelta social y en ese momento sentía que debía estar ahí”, dice.
Un reencuentro con el fuego interno con una despedida de por medio. “Me venía porque estaba super deprimida en Chile, todavía me voy a venir igual, voy a retomar el proceso de la visa ahora, pero en ese momento estaba super triste en Chile, sentía super sola, no apreciada”.
Con el fuego a flor de piel, Natisú participó activamente de la revuelta hasta febrero del año pasado, obligada a detenerse con la cuarentena declarada a nivel mundial por el Covid-19. “No siento que se apagó algo, solo sentí que tenía que parar y con la pandemia me vino un bajón como a todes, en ese momento estaba viviendo con la Yorka y con Benja (Walker), los tres nos fuimos a la mierda, por eso el disco se llama Mal”.
Una llama que ahora siente como un incendio, motivada entre los estrenos, el recibimiento de ellos, el reconocimiento de los Pulsar. “Siento que algo se activó, como que algo se abrió de nuevo. Ahora mi llamita está en llamas, prendí todo, tengo una fogata en el pecho”
Sobre esto último y la significancia de ser la primera mujer reconocida en la categoría de mejor productor/a musical, Natisú cuenta que siente “una responsabilidad porque me tocó a mí y efectivamente soy la primera, he estado pensando harto sobre eso, reflexionando, por eso no he hablado tanto al respecto. En las entrevistas me lo preguntan, pero en mis redes sociales todavía estoy como procesándolo, pero si me gustaría ocupar esta pequeña visibilidad para hacer algunas cositas y promover también el aprendizaje de la producción musical para mujeres y disidencias. Estoy también pensando qué cosas podría hacer”, declara.
Previamente Natalia estuvo desempeñando la promoción de las mujeres en la música en las redes de Ruidosa con el late “Armar y desarmar”, junto con su activismo en Tramus. Sobre este último menciona que ha sido una organización que le ha cambiado la vida y la forma de ver las cosas.
Ese cambio repercute en el arte. Nos cuenta que “Hay un fuego” es un disco más bailable, con el que puede rebelarse el cuerpo. Sobre la rebeldía y nuevas formas de expresarla dice encontrarla en admirar cuerpos y cuerpas disidentes fuera de la hegemonía europea, además de explorar el ocio. “Tenía inserto que había que ser productiva ojalá cada minuto del día y que si no eres productiva y que si no estás creando o no estás como haciendo cosas completando los objetivos, eres floja o floje”.
Presente desde fuera de la institucionalidad, llegamos al cierre de la conversación en relación al abandono de la cultura por parte de las autoridad y la responsabilidad política que se les pide a los artistas, sobre ello Natisú dice que ha tenido periodos politizados en los que da su opinión, pero que eso convive con el cansancio. “Siento que las personas no saben lo difícil que es hacer música en Chile, requiere casi toda tu energía, entonces tener que, además, tener energía para tener una opinión y una postura política. A veces es demasiado, eso me pasa la verdad”.
